Tras un Xbox Developer Direct que nos ha dejado fecha para muchos de los grandes lanzamientos de la primera mitad de 2025, Microsoft y Koei Tecmo anunciaban el lanzamiento por sorpresa de Ninja Gaiden 2 Black, directamente en Game Pass para Xbox Series y PC, estando también disponible en otras tiendas digitales y PS5. El clásico de Tomonobu Itagaki, su último trabajo para Team Ninja, regresa así con un aspecto mucho más potente y algunos cambios y añadidos de los que toca hablar en nuestro análisis.
La -larga- historia de Ryu Hayabusa
Hablar de Ninja Gaiden a día de hoy es hablar de todo un grande en el mundo de los videojuegos. Una que lleva casi cuatro décadas acompañándonos y que ha sabido inspirar a grandes títulos de la historia. No vamos a perdernos hablando de los primeros Ninja Gaiden de Tecmo en los 80-90, pero baste con saber que hablamos de una de las sagas más importantes de los videojuegos de acción y plataformas. Una que, tras aprovechar su lore en los polémicos Dead or Alive, recibió uno de los mejores reboot de la historia a manos de Tomonobu Itagaki. El maestro nipón amante de los combates frenéticos, el desmembramiento más gore y los pechos femeninos, rescató las figuras de Joe y Ryu Hayabusa, Ayane y compañía en 2004 lanzando para la primera Xbox un juego que supo aprovechar al máximo la potencia de la bestia verde de Microsoft.
El ninja dragón renacía en 2004 y ofrecía una experiencia de juego muy novedosa que abandonaba el plataformas 2D para crear un ambicioso mundo 3D. Una serie de escenarios abiertos en los que, en el papel del joven Hayabusa, debíamos explorar, usar objetos, hablar con personajes y, sobre todo, combatir. Ninja Gaiden y su mejora un año después: Ninja Gaiden Black, ofrecieron una mezcla de juego de aventuras, beat’em up y exploración en el que para mucho sigue siendo el mejor episodio de la saga. Tres años después, en 2008, Xbox 360 recibía Ninja Gaiden II. Itagaki y el Team Ninja volvían a la carga con una nueva historia que continuaba los acontecimientos del juego anterior. Con un enfoque más ambicioso, aunque renunciando a algunos elementos que a muchos nos habían enamorado del reboot de 2004, Ninja Gaiden 2 se centró en la acción, hizo desaparecer los elementos de conversación más cercanos al género de aventura y nos legó un título plagado de grandes combates, enfrentamientos memorables y jefes que, en algunas ocasiones, rozaron el absurdo.
Toca por fin hablar de la última entrega de la saga, un remáster que sabe a gloria y que toma elementos del clásico y de Sigma 2 para crear un híbrido que puede dar un poco de miedo de primeras. Para entendernos si eres nuevo en esta saga, Sigma fue el sobrenombre que recibieron las nuevas entregas de Ninja Gaiden tras ser portada a Playstation, convirtiéndose en el estándar de la saga. Tras la marcha de Itagaki de Team Ninja después de Ninja Gaiden 2, las nuevas entregas y ports recaerían en manos de Yosuke Hayashi, quien modificaría muchos de los elementos que habían hecho grande a los dos primeros capítulos. El descenso drástico de dificultad, del gore que había sido el sello de Itagaki y del número de enemigos en pantalla, hicieron que muchos no comulgaran con esta nueva forma de hacer Ninja Gaiden. Sin embargo, como os comentaba, se convirtió en el estándar de la saga en Ninja Gaiden Sigma, Sigma 2 y ese extraño producto llamado Ninja Gaiden 3, así como el de todos los episodios incluidos en la Ninja Gaiden Master Collection de PS4, Xbox, Switch y PC.
La espada del dragón
Ninja Gaiden 2 Black retoma la historia de Ryu y vuelve a embutirnos en la piel del Ninja Dragón en una aventura muy ambiciosa que nos llevará de Tokyo a Nueva York, Italia, Latinoamérica y hasta el mismo infierno. La agilidad de Ryu vuelve a ser la estrella con una jugabilidad a prueba de bombas que nos permitirá correr por las paredes, saltar, esquivar, rodar y realizar todo tipo de movimientos a una velocidad de vértigo. La parte de plataformas va como la seda permitiéndonos movernos de un lado a otro sin esfuerzo, aprovechar paredes e incluso las cabezas de los enemigos para usarlo de punto de apoyo, y blandir nuestra espada o alguna de las muchas armas del juego para acabar con todos en cuestión de segundos.
El combate sigue siendo el punto más fuerte del juego, ya sea contra los masillas de turno o contra los múltiples enemigos finales, dragones, monstruos y demonios que nos encontraremos en el camino. Si nunca has jugado a un Ninja Gaiden tendrás que entrenar un poco para familiarizarte con los movimientos, pero merece, y mucho, la pena. Cada nueva arma que encontremos tendrá su propia área de efecto, rango, alcance, potencia y velocidad. Esto significa que es interesante invertir tiempo en ir aprendiendo a manejar todas y mejorarlas en los puestos de Muramasa que hay desperdigados por el mapa. Cada nuevo nivel de arma nos permitirá acceder a nuevos combos y ataques, esquivas y niveles de técnica definitiva. Basta con apretar el botón de ataque fuerte para canalizar el ki y desarrollar la técnica definitiva: un devastador ataque que, dependiendo del nivel de arma, nos permitirá alcanzar hasta tres niveles de potencia.
La mezcla de armas, movimientos, distintas esquivas y tipos de enemigo consiguen que cada minuto de las 13 horas que dura la campaña sean adrenalina pura. Ninjas del clan de la araña negra, demonios, lupinos, diablos, peces gigantes, criaturas extrañas… todos son pasto de nuestra hoja y caen en pedazos recuperando todo el gore de la versión original que llena las paredes, el suelo y al propio Ryu de sangre espesa, vísceras y miembros. Mención especial merecen los movimientos de ejecución finales, que nos permite acabar con enemigos mutilados antes de que se conviertan en un auténtico problema con una serie de fatalities muy bien integradas en la coreografía de combate.
Por último tenemos las artes ninpô o la magia onmyo, una serie de técnicas que iremos aprendiendo en la aventura y que podemos mejorar con sus correspondientes orbes. En este caso contamos con cuartro técnicas diferentes que serán de ayuda especialmente contra los enemigos más duros al crear una explosión de vacío, envolvernos en llamas protectoras, lanzar cuchillas a nuestro alrededor o disparar un halo de llamas. Junto a ellas están las armas arrojadizas, shuriken ilimitados que podemos usar para distraer a los enemigos, y nuestro fiel arco junto a otra sorpresita que nos permitirán atacar a distancia.
Mejoras técnicas de Black
He leído varias críticas en redes sociales sobre el rendimiento, pero en la versión probada en Xbox Series X en una tele de 140 Hz. a 4K 120 FPS, la respuesta del mando va tan fina como siempre y todo se mueve que da gusto en pantalla. Da igual la cantidad de enemigos que haya -y ojo, hay muchos- o los movimientos que realicemos, Ryu y sus companions se mueven de lujo y responden a la perfección a nuestros controles dentro de la lógica: si estás en medio de un ataque la defensa tomará un diminuto lapso de tiempo, y el parry, que se realiza en postura defensiva pulsando ataque normal o fuerte, debe realizarse un instante antes del choque de hojas si quieres que sea efectivo.
Respecto a lo sonoro, contamos con doblaje dual en japonés-inglés. Me atrevería a decir que el mismo que ya oímos en Sigma 2, junto a subtítulos en castellano y textos que nos permitirán seguir la azarosa vida de los ninjas del clan de la araña negra a través de los múltiples diarios de batalla que encontraremos junto a sus cadáveres. Las músicas mantienen el tono macarra de los juegos originales y las voces en japonés de demonios y personajes siguen estando más que a la altura.
Sin embargo, en lo que más destaca esta remasterización es en lo visual unido al rendimiento. En los combates podremos disfrutar de una coreografía muy potente plagada de brillos, luces, sombras y movimientos frenéticos en los que a veces es difícil saber a cuál de los ninjas estás manejando. En las zonas de paseo, destaca el trabajo de algunos escenarios como Tokyo, sencillamente alucinante, y la zona de Venecia.
Ninja Gaiden 2 Black ¿Sigma o Black?
Llegados a este punto, seguramente os estaréis preguntando si esta nueva entrega es realmente Black o Sigma, y la verdad es que la cosa tiene su complicación. A nivel de contenidos, estamos ante una remasterización de mucho de lo que ya vimos en Sigma 2. Se añaden los tres capítulos adicionales de Momoji, Rachel y Ayane, con toda la vergüencita ajena que da la ropa que el señor Hayashi les puso en su momento y, menos mal, con todo el disfrute que causa controlar los movimientos variados de estos tres personajes femeninos. Se mantienen también los modos de juego extra: Capítulo Reto, en los que podemos revivir los capítulos del jugo transfiriendo el equipo y con distintos niveles de dificultad, así como las Misiones de Equipo, en la que haremos pareja con otro personaje controlado por la IA para enfrentarnos a distintos retos. Por otro lado, se echan en falta algunos de los jefes del Ninja Gaiden 2 original, y se añaden nuevos demonios y enemigos ya vistos en Sigma 2.
Sin embargo, afortunadamente, en lo jugable Ninja Gaiden 2 Black bebe más de los clásicos que de los Sigma. Sí, añade un nivel de dificultad para novatos, el modo Héroe, que hace que sea imposible morir, pero si pasas de él y te vas a los niveles más altos, la cosa se convierte en un juego 100% Itagaki con mogollón de enemigos en pantalla, algunos jefes loquísimos y, lo mejor: sangre y gore por doquier. Los desmembramientos vuelven, y lo hacen por la puerta grande, esquivando una de las mayores pegas que, en su momento, se le pusieron a Hayashi y sus Sigmas.
Entonces… ¿Merece la pena?
Ninja Gaiden 2 Black hace una gran labor remasterizando un juego de 2008 y añadiendo mucho de lo que ya vimos en la versión Sigma a nivel de contenidos. Sin embargo hablamos de una saga que nació a finales de los 80 y que 37 años después sigue siendo muy fiel a sus raíces. Escenarios estrambóticos, personajes que rayan el absurdo y músicas metaleras se dan la mano con acción a raudales y cinemáticas dignas del anime más loco para crear una experiencia que es difícil encontrar a día de hoy fuera de sagas como DmC.
Entonces… ¿merece la pena? Una vez más todo depende del tipo de jugador que seas, aunque para mí es un sí rotundo. Teniendo el Ninja Gaiden 2 clásico mejorado en Xbox Series y la Master Collection con sus sigmas, me sigue pareciendo que este Ninja Gaiden 2 Black incluye alicientes de sobra para ser disfrutado aparte, especialmente si tienes una buena televisión o un buen equipo que sepa sacar partido a estos 120 FPS a 4K que marcan una diferencia importante en combate. Si nunca lo jugaste, estás ante un imprescindible, especialmente de cara al lanzamiento de un Ninja Gaiden 4 que, espero, siga la estela de Itagaki y no la de Hayashi o la de ese Ninja Gaiden 3 que no logró atraparme en su momento. Ninja Gaiden 2 Black es una remasterización más que digna que consigue volver a atrapar el interés por una saga sobresaliente. Y sí, es más que posible que, una vez lo termines, vuelvas a Ninja Gaiden Black a recordar cómo empezó todo.
Ninja Gaiden 2 Black es una grata sorpresa para los jugadores que llevamos acompañando al clan Tayabusa desde los viejos juegos de Tecmo de los 80-90. Una remasterización a la altura del título original que ofrece unas 13-15 horas de diversión plagadas de combate extremo, acción frenética y muchos modos de juego como recompensa tras completar la campaña. La mejoras visuales y de rendimiento nos permite jugar a 4K 120 FPS convirtiendo la pantalla de juego en todo un espectáculo de sangre, vísceras y miembros cortados.